El pureta del fantasy. Jornada 17
¡Rafa, no me jodas!
Frase mítica, nunca pronunciada, que pasó al imaginario popular para ilustrar la desagradecida labor de árbitros y sus ayudantes del banderín en mano. Hoy hablamos de los trencillas auténticos, de los clásicos, de los que no hacían dejación de funciones en favor del VAR. Y es que los tiempos prevar fueron tiempos ominosos para este gremio que vivía gobernado por oscuras y eternas figuras como las del inefable José Plaza. Antaño, su maltrato público era casi un deber para cualquier aficionado y se forjaban en terribles tanganas sobre terrosos campos de tierra de regional para culminar su carrera saliendo protegidos por los escudos de la Policía de cualquier campo de Primera, donde lo más bonito que recibían, eran cuatro almohadillazos.
La verdad que su negro uniforme, sus trazas afeminadas y sus ramalazos autoritarios no ayudaban a generar empatía entre la turba asalvajada que acudía a los campos, pero nunca olvidemos que también son criaturas del Señor y que sin ellos, el fútbol no sería posible, así que vayamos con las recomendaciones, teniéndoles por esta vez un poco más presentes.
El perico es de lo poco salvable a día de hoy de su equipo, cuya bajo rendimiento hace que el suyo crezca exponencialmente y que esté en el foco contínuamente, como lo estaban los árbitros estrella tipo Iturralde.
El sevillano se ha vuelto un jugador muy apetecible aprovechando el crecimiento en el juego que parece experimentar su equipo, así que podría aprovechar la ola, igual que aprovechó Díaz Vega la de la profesionalización del arbitraje español.
Se ha convertido en el jugador más en forma del submarino, todo pasa por sus botas y ha adquirido más protagonismo incluso del que buscaba Mateu Lahoz en sus conciertos de pito.
El capo de la Real parece haber vuelto por sus fueros. Sus compañeros le buscan incesantemente y manda más entre los txuri urdin que Pier Luigi Collina en la UEFA.
Y hoy, como colofón, canción homenaje al árbitro medio, al que se queda por el camino, al que nunca podrá vivir de esto, pero que va por los campos con más dignidad, vocación y profesionalidad que muchos de sus colegas de altos vuelos.